domingo, 20 de octubre de 2013

A mi tata...

Un domingo, una mañana, una vida, un terrible estruendo, y de pronto... todo cambió para siempre. El día se tiñó de gris y el domingo dejó de ser un día de descanso... Ya nunca nada será como antes. Ya los domingos siempre me recordarán tu adiós.
Dos semanas sin ti y este dolor que no cesa, que se ensaña con este alma desecha y en carne viva, cansada de tanto llorarte, destrozada de tanto extrañarte. Quisiera poder olvidarme por un instante de tu ausencia, ya eterna, de todo aquello que se quedó pendiente, sin imaginar ni por un instante que hoy me faltarías. ¿Por qué nadie me avisó de que este momento podía llegar? ¿de que las personas llenas de salud, vida, alegría y proyectos también se marchan de este mundo?¿por qué no pensé ni por un instante que podías irte sin escucharme decirte todo lo que te quería...? Perdóname tata, por pensar que en un futuro te visitaría en tu casa, como tú tantas veces me pediste, por no haberte dado más besos que a ti te salían solos, por no haber descolgado el teléfono más a menudo para oírte, por haber guardado el tiempo para el futuro... cuando ya lo hemos perdido todo ¡Maldita certeza de que estarías ahí siempre!
"Ya habrá tiempo..." o "Mañana..." me taladran las entrañas sin piedad. No tengo consuelo, porque no supe que te marchabas y nos quedamos sin tiempo y sin mañana... sin disfrutar de instantes que ahora consideraría mis bienes más preciados.
¿Cómo es posible que no estés? ¿Qué no vaya a verte más? Con lo valiosa que eras para todos nosotros, ¿cómo alguien pudo valorarte tan poco como para hacerte eso? ¿Qué culpa podría atribuirse a tu persona para merecer semejante final? Tú que eras ternura y vida a partes iguales. Y mi cabeza pierde su cordura, y no es posible encontrar respuestas coherentes ante esta realidad tan espantosa que nos invade a cada momento. Y te llamo en silencio, intentando que allí donde estés sientas que jamás podremos olvidarnos de ti.
Tata, te quiero, siempre voy a recordarte, jamás dejaré de pensarte, no quiero que este dolor afloje porque te mereces esta herida tan honda que atraviesa mis entrañas, ¿cómo no voy a llorarte si ya no podré verte más? Qué simples son esas palabras: ya no más; y cuanta hondura y tristeza llegan a esconder.
¿Qué me queda hoy que no estás? Aparte de este dolor insoportable que no mengua..., queda tu recuerdo. Cierro los ojos y te escucho, con esa voz tuya inconfundible. Te oigo llamarlos a todos, al tito Modesto, a tus niñas... Casi siempre ordenando, marcando tiempos, entrañablemente mandona, inconfundiblemente tú... Y te veo, con esa sonrisa que iba innata en tu expresión, y esa alegría que siempre irradiabas. Abrazándome, como si quisieras darme juntos todos los abrazos que llevábamos un año atrasados, mirándome con ternura mientras contestaba a tus preguntas... Contagiosa de vida, así te recuerdo...
Recuerdos y más recuerdos tuyos que conservaré como valiosos bienes. Porque nunca olvidaré las muñecas que me regalaste de niña, incontables y que han sido siempre pequeños tesoros que he cuidado porque me recordaban mi niñez. Ahora, además, me recodarán a ti. Gracias por haberme regalado tantos momentos buenos. O ese anillo del día de mi comunión que me regalaste como mi madrina que eras. Y tantas otras cosas que me recuerdan tu cariño... pero sobre todo me quedan los momentos contigo, buscándome una sonrisa. Todos los años me telefoneabas en mi cumpleaños para felicitarme, y siempre lo hacías un día antes o un día después. Y me llamabas tan ilusionada y convencida, que a mi me daba pena sacarte de tu error, y te dejaba creerlo. Pero nunca te olvidabas. Yo no lo haré tampoco contigo, nunca te olvidaré.
Disfrutaste con los nietos de tus hermanos como si fueran los tuyos... y ahora que te tocaba a ti... Que bien te ha venido tu carnet de conducir recién sacado para no perderte ni un momento de tu pequeño. A cada instante cogías el coche y volabas a verlo. Se te caía la baba hablando de él... Lastima que haya durado tan poco... Que duro es todo tata, que cruel lo ocurrido, que pena tan grande nos ahoga...
Hoy te suplico que no dejes que nos hunda este abismo, que permitas que lloremos cuánto queramos y que tu recuerdo nos inunde cada día, pero que no traigamos más desgracias a esta gran tragedia. Danos fuerzas para apoyarnos unos a otros, siempre unidos, siempre juntos. Que no volvamos la espalda a quienes sienten nuestro dolor porque también la querían, que no culpemos a otros de algo que sólo tiene un culpable, que tratemos de conseguir que la familia permanezca como a ella le hubiese gustado. Porque en todos está ella, y ella es de todos.
Mi querida tata, haz que permanezcas intacta, que ese trocito tuyo que conforma las vivencias y recuerdos de los demás, contribuya a mantener un recuerdo tuyo brillante, grandioso, eterno.
Nunca dejaré que te marches de mi corazón, siempre te mantendré viva en mi recuerdo. Siempre vestiré a mi alma de luto los domingos.

2 comentarios:

  1. Precioso Sonia, aunque a la vez triste, lleno de desconsuelo y de pena.
    Nunca pensamos que esto pueda pasar tan cerca y nadie está preparado para aceptarlo y que todo siga igual. Mucho ánimo!!

    Te dejo un trocito de la "carta de despedida" de Gabriel García Márquez que me ha venido a la mente, no menos triste y no menos real:
    "Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy es última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que ésta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos momentos que te veo, diría TE QUIERO y no asumiría tontamente que ya lo sabes."
    Muchos besos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que precioso mensaje Mari Rosi, este dolor está siendo muy grande, pero también estamos teniendo mucho apoyo y ello reconforta. Si se pudiera dar marcha atrás en el tiempo... si se pudieran saber las cosas...
      Gracias por tu comentario. Un beso muy grande.

      Eliminar